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Los duendes de Olleros se despiertan

Autor: Alfredo Bernardi

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Transcurren los años y siempre aparecen los duendes de Olleros. Van, vienen, caminan y pasean. Miran de reojo y entran para quedarse a vivir a pleno la semana más importante del circuito internacional en nuestro país.

Por 17º año consecutivo, se volverá a disputar el Argentina Open en el Buenos Aires Lawn Tennis Club. El incesante ruido de los raquetazos, matizado por las ganas de ver de cerca a grandes jugadores, en ese escenario único y especial, pleno de historia y de epopeyas.

Parece mucho tiempo, pero, en realidad, tan poco de aquellas arduas negociaciones en Manhattan, durante el US Open 2000, en las cuales Martín Jaite y Miguel Nido peleaban con la ATP por una plaza por la que peleaban también Río de Janeiro, San Pablo y Punta del Este.

Y Buenos Aires, en ese momento, recuperó su merecido lugar. Unos meses antes, en París, Franco Squillari había entregado el primer retoño de esa semilla que luego se conoció como la Legión, al alcanzar las semifinales de Roland Garros, convirtiéndose en el primer argentino en conseguirlo después de Guillermo Vilas y José Luis Clerc, en 1982.

En medio de esa ebullición y momento de cambio, el Argentina Open (Copa AT&T, Copa Claro o ATP de Buenos Aires según el paso de los años y los sponsors), fue el parámetro y la medida para palpitar en casa todo aquello que durante el año veíamos por televisión.

Fue, entonces, el torneo que convirtió a Gustavo Kuerten, en el brasileño “más querido” entre los argentinos; el que tuvo a Carlos Moya como amo y señor; el que vio consagrar a  Guillermo Coria, Gastón Gaudio y David Nalbandian; el que tuvo como vencedores a  campeones de Roland Garros como Rafael Nadal y Juan Carlos Ferrero; o a un campeón olímpico como Nicolás Massú y, también, al español David Ferrer, tricampeón entre 2012 y 2014.

Todo esto, a lo que se suma la historia de los viejos abiertos de la Repùblica y las batallas de la Copa Davis de Guillermo Vilas y toda su descendencia tenística, son las que alimentan a los duendes de Olleros. El tenis grande está de vuelta y ya abre sus puertas. En el Buenos Aires, como inicio de las celebraciones por el 125º aniversario. ¡A disfrutarlo!