Historia

La Argentina en Copa Davis – 1928

Presencia recurrente en la Zona Europea

Se volvió a participar en 1928, otra vez en la Zona Europea. El equipo estaba compuesto por Ronaldo Boyd, Guillermo Robson, Héctor Cattaruzza y Carlos Morea, bajo la capitanía de Edwin C. French. También formaron el entrenador francés Martin Pláa (especialmente contratado por la AALT para ayudar al conjunto) y Adriano Zappa como “agregado” o quinto jugador (surgido luego de una selección donde le ganó a Lucilo del Castillo en la final).

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Parados, vestidos de blanco: Lucilo del Castillo, Guillermo Robson, Ronaldo Boyd, Adriano Zappa y Héctor Cattaruzza. Sentados: extremo izquierdo, Edwin French, el capitán; extremo derecho, Carlos Morea. Junto a ellos acompañantes y el capitán del barco Almanzora, que partidó del puerto de Buenos Aires en abril de 1928 con rumbo a Gran Bretaña.

Para la serie disputada en Torquay, ciudad balnearia del condado de Devonshire, los argentinos llegaron con tres semanas de antelación, buscando adaptarse a las condiciones locales, sobre canchas de polvo de ladrillo. Jugaron entre el jueves 3 y el sábado 5 de mayo del ’28 y perdieron con Gran Bretaña por 4-1 en el Abbey Park. El punto del honor lo obtuvo Boyd superando a Edward Higgs por 6-3, 4-6, 6-3 y 6-3.

El primer día, Robson brindó una gran exhibición cuando perdió con Colin Gregory por 10-12, 13-11, 6-3 y 8-6 tras 2h50m de partido (sólo el primer set duró 65 minutos), que terminó con calambres y ampollas en los pies para el argentino, quien además tuvo una herida en una pierna producto de una caída.

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 El doble estuvo muy cerca de los nuestros en medio de un clima húmedo y rodeado de truenos por una tormenta que merodeaba la zona. Robson y Boyd perdieron por 6-4, 6-1, 9-11, 1-6 y 7-5 contra Gordon Crole Rees y Cyril Eames con un final de partido polémico, que un corresponsal del diario La Nación comentó así: “Los argentinos llevaban la delantera en el quinto set por 5-3. Crole Rees sacó para Boyd, la pelota picó fuera de las líneas del espacio para el saque y Boyd, que se dio cuenta, no trató de restar. El árbitro, que parecía dudoso, apeló al linesman, quien, ante la sorpresa enorme de los espectadores y pareciendo medio dormido, exclamó ‘¡Right!’. Era como para que todo el mundo del tenis se echase a llorar. Fue el error más sensible que se ha registrado en el tenis internacional desde hace muchos años. Este linesman, como el ball boy del anterior partido, era algo que no tenía nombre. Y el público pareció ser de esa opinión. Mr. French, el capitán argentino, estaba pálido, pero no dijo palabra alguna. Esa circunstancia tornó en derrota una victoria segura”, escribió el pintoresco periodista.

El conductor local, Mr. Roper Barret, sólo atinó a indicarle a su jugador que siguiera las instrucciones del juez de línea.

Otro comentario acerca de Boyd, aparecido en el diario británico The Daily Telegraph, escrito por el periodista Wallace Myers, sentenció: “Nos hace acordar a McLaughlin, si no fuera que posee menor potencia; se trata de un jugador joven con la capacidad de Austin en el stroke y cuyo estilo no da la impresión del esfuerzo físico, con la reacción consiguiente en un match tan prolongado”.

Como dato curioso, Cattaruzza fue excluido del conjunto por el capitán, Obarrio, ya que la noche anterior participó de un concurso de baile -era reconocido por sus habilidades en la pista además de diversos deportes- sin la autorización del conductor.